Amigos y amigas demos un paso hacia adelante y admitamos que hemos sido secuestrados por los móviles, hemos perdido nuestra libertad somos sus esclavos. Siempre he oído decir que reconocer el problema es el inicio para la salvación, pero seamos sinceros esto ya no tiene cura estamos y estaremos sometidos de por vida, adoremos al nuevo ser superior el …MÓVIL.
Es algo impresionante, es imposible salir a la calle y no ver a más de 5 o 10 personas en 50 metros que o bien tengan el móvil en la mano o usen los auriculares para escuchar música, a cualquier hora del día. Mi gran duda es la siguiente, si sabemos que el mayor uso que se hace del móvil en la calle es para el uso de redes sociales, ¿porqué siempre y digo siempre caminan solos?
Empiezo a pensar y como soy una mente pensante llego a la solución, es que soy un crack, la respuesta es fácil usan las redes sociales porque son personas inseguras con mucho miedos y prejuicios, así de fácil y claro.
Algo que ya si que me irrita a la vez que me sorprende, son esas personas que las ves por la calle con mil cosas, niños, … y haciendo uso del teléfono realmente sonverdader@s acróbatas de circo, es acojonante.
Os cuento un caso que pude ver hará un par de semanas. Un día de un color asfixiante, en un parque yo sentado en un banco a la sombra enfrente mía a unos 30 metros viene una mujer joven unos 35 años, buen cuerpo, bestia una mini falda vaquera y un top verde con unos buenos taconazos, empujaba un carro con un bebe de unos 10 meses, un bolso en su hombro derecho, una mochila en la espaldas, un niño de uno 4 o 5 años cogido al carro andando a su lado y en la mano libre el móvil. Pues pasó lo siguiente el móvil empezó a sonar, el bebe se puso a llorar el hermano a gritar a la madre y la mujer sin soltar el teléfono y cargada y sin dejar de andar intentando poner orden, una imagen alucinante que se intuía acabaría mal. Y así fue tras unos forcegéos acabó el carro volcando en el césped y la mujer que debió tropezar con los tacones que llevaba con la cabeza entre el carro y el césped quedando con el culo hacia arriba ( lo que permitió saber que esta señora no usa ropa interior). Pues tras todo esto cuando vamos en su ayuda mi sorpresa es que seguía hablando por el puto móvil. La imbecivilidad llevada al extremo
Admitamos que estamos sometidos a ese pequeño aparato.
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