No se ni que día es hoy, es más tampoco estoy seguro ni de la hora que es, mi móvil está sin batería, mi reloj bueno de mi reloj no conozco su último destino, lo único claro que tengo es que es de noche … aunque empiezo a tener dudas si los cristales de esta taberna son negros o tienen tanta mierda que no dejan pasar los rayos del sol. Lo óvio de esta situación es que estoy sentado en algo que se asemeja a un taburete, y delante mía tengo a una preciosa y refrescante rubia sobre un cutre posabasos con la cara de un burro que parece mirarme con cara desafiante.
Me encuentro en el lugar perfecto, donde los sueños se hacen realidad, un lugar oscuro, ni el más listo de los búhos sería capaz de diferenciar un elefante de una ardilla a medio metro, mire donde mire solo veo ausencia en la presencia corporea, donde el tiempo no es que tenga otro ritmo sencillamente no existe, pero la clave esta en un manjar que ni los antiguos Dioses podrían haber comido nunca estoy hablando de esos salados y rancios panchitos con los que acompañar a un buen grupo de rubias sudorosas que vienen cada una encima de un cada vez más desafiante borrico, no tengo duda alguna este lugar debe ser donde el creador descanso el séptimo día, y por eso ya no volvió al trabajo...era imposible mejorar aquello que nunca ha conocido mejora porque no sabe ni ha sabido de su existencia.
Tras cabalgar a lomos de burros desafiantes y valerosos y absorber a media docena de jugosas rubias, me hallo en la necesidad de despegar de mi trono, algo curioso a mi llegada solo era una especie de taburete y ahora es como mi hogar, para adentrarme por las oscuras y peligrosas llanuras llenas de obstáculos que poseen el don de colocarse adrede siempre, y cuando digo siempre es siempre, delante de tu ruta para que choques una y otra vez para asía atraer la atención de esos seres o semejantes ocultos en la oscuridad. Pero soy perseverante y valiente, es decir cabezón y con pocas luces, y llego a mi destino que no es otro que un habitáculo de dimensiones muy reducidas, donde los sueños se hacen realidad. Una vez aliviado y cuando parece estar todo en orden porque por primera vez estas en un sitio luminoso donde poder ver por donde pisas, a los lados e incluso hacia arriba en ese mismo momento echas de menos la oscuridad.
Una vez de vuelta a mi añorado taburete me veo en la obligación que no en la necesidad ni el deseo de abandonar tan maravilloso y místico lugar donde tras cada parpadeo se abre un mundo real e irreal al mismo tiempo, donde habitar entre seres sin ser, donde habitó y estoy seguro que volverá tarde o temprano el creador que todo lo creo salvo este lugar que fue quién lo creo. Mirad si es increíble este lugar que para marchar as de pagar. Recordaré este lugar por siempre puesto que soy un soñador insoñable y como es sabido los recuerdos son los sueños del pasado.
Comentarios