El gran lastre de nuestra sociedad no es otro que el dinero, es nuestro el dueño de nuestra alma, y hasta que no demos un paso al frente y le plantemos cara unos pocos mandarán sobre unos muchos.
Creemos que aunque poco si luchamos tenemos algo que perder, y créanme no es cierto, perder... solo podemos perder bienes materiales que con la lucha y el sacrificio volverán más pronto que tarde a nosotros. Ganar, hay mucho que hacer para volver a oír esa bonita palabra salir de nuestros labios, hay que recuperar la dignidad que un día cuatro hijos de puta nos arrebataron con mentiras y falsos discursos. Honor, esto tenemos que grabarlo a fuego en nuestra cabeza, en nuestro corazón, en nuestra alma porque con honor lucharemos como personas por las personas, y eso marca la diferencia entre héroes y villanos. Respeto, no por lástima sino porque nos lo merecemos, nos lo hemos ganado con la sudor de nuestra frente y el aguante de nuestras anchas espaldas.
Alzar la voz contra el opresor no es un derecho, es una obligación... es nuestro jodido deber. Y llegado el momento quizás no sea suficiente solo la voz. A quien hierro mata a hierro muere.
¿Porqué dejar el mundo en manos de unos pocos cuando somos muchos?
Creemos que aunque poco si luchamos tenemos algo que perder, y créanme no es cierto, perder... solo podemos perder bienes materiales que con la lucha y el sacrificio volverán más pronto que tarde a nosotros. Ganar, hay mucho que hacer para volver a oír esa bonita palabra salir de nuestros labios, hay que recuperar la dignidad que un día cuatro hijos de puta nos arrebataron con mentiras y falsos discursos. Honor, esto tenemos que grabarlo a fuego en nuestra cabeza, en nuestro corazón, en nuestra alma porque con honor lucharemos como personas por las personas, y eso marca la diferencia entre héroes y villanos. Respeto, no por lástima sino porque nos lo merecemos, nos lo hemos ganado con la sudor de nuestra frente y el aguante de nuestras anchas espaldas.
Alzar la voz contra el opresor no es un derecho, es una obligación... es nuestro jodido deber. Y llegado el momento quizás no sea suficiente solo la voz. A quien hierro mata a hierro muere.
¿Porqué dejar el mundo en manos de unos pocos cuando somos muchos?
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