Y tú, por quién morirías?

Existe una vieja historia que ha pasado de generación en generación durante miles de años. Es toda una leyenda hay quien dice que es ficción y quienes aseguran su veracidad, yo sinceramente no sabría que decir.

"Eran tiempos convulsos, escasez de alimentos, guerras, desorden civil haya por cada rincón donde un ser humano ponía un pie, la ley no existía pero todo el mundo curiosamente echaba la culpa de todo lo que sucedía a la justicia, algo inexplicable puesto que como culpar de algo a lo que no existe.

En una pequeña aldea junto aún río de caudal variable e incierto vivía en una pequeña pero robusta casa un joven llamado Jonas, cuya misión en la vida era única y exclusivamente la de salvaguardar su integridad física. Jonas es un hombre fuerte y muy inteligente, de una pericia para sacar el máximo rendimiento de aquello más miserable y ruin , es un superviviente.

Un día llego a su puerta un hombre de avanzada edad con un físico en apariencia muy deteriorado y castigado por el sol y el hambre. José, que así se llamaba este señor, suplicó a Jonas ayuda pues decía tener a su mujer embarazada a unas millas de allí y pronto daría a luz.

Jonas dudaba de las intenciones de José pues no era la primera vez que intentaban engañarlo para robarle. Pero José no pedía por el solo buscaba desesperadamente un techo donde su embarazadísima mujer pudiera resguardarse de la dura y fría noche del desierto, y aquella casa junto al río era su única opción.

-Como se yo señor que usted me dice la verdad y no es una argucia para robar mis escasos pero necesarios bienes?- dijo Jonas

-Señor jamás robaría ni a usted ni a nadie en este mundo lo único que le pido es que ayude a mi mujer y al hijo que lleva en su vientre- dijo José

-Y usted no desea comer y un techo donde pasar la noche?- dijo Jonas

-Mi única preocupación en esto instantes es poner a salvo a mi mujer e hijo, como usted teme porque le robe o le haga cualquier mal yo me quedaré en la calle vigilando para que ni a usted ni a su mal trecho ganado le suceda nada durante la noche- dijo José

Jonas quedo mirando a los ojos a aquel hombre andrajoso y mal parado y se vio a si mismo. Una sonrisa nació de su cara y a lomos de su caballo fueron a recoger a la mujer de José. Una vez en la casa Jonas al ver que José una vez dejado a su mujer en lugar seguro partía hacia la calle, agarró fuerte del brazo a este y con lágrimas en sus ojos  dijo a José que su lugar no era en la calle debía estar al lado de su mujer porque esta le necesitaba tanto como él la necesitaba a ella.

Jonas comprendió que el miedo a perder lo que tenía le había privado de vivir una vida plena, puesto que la vida no es lo que tienes, es quienes te rodean, las personas son el mundo, saber por quién morir es saber que vas por el buen camino.  "

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