Hoy como cada día salió el sol sobreponiéndose a todo obstáculo que se pone en su camino. Del mismo modo con el sonido del despertador hago alarde de mi fuerza y valentía para sobre ponerme a la terrible pereza que invade todo mi cuerpo.
Salgo con mi cuerpo previamente adornado para vagar una vez más por las gélidas calles de mi ciudad. Respiraciones, latidos, parpadeos abundan por aquí y por allá. Pero un ruidoso silencio rompe con la espeluznante marcha fúnebre de la ciudad.
Un sonido incierto suena por el bulevar y no por el bulevar de los sueños rotos si no por el bulevar de tu ciudad.
Ese injusto, inseguro, titubeante pero acertado sonido te conducirá a un lugar al que los ancianos más feos y pobres llaman libertad.
Facebook.com/serllysblog
Comentarios