Era una noche oscura, gélida pero sobre todo era un momento mágico el objetivo había sido derribado. Mucho sufrimiento y sacrificio habían dado su fruto y esto significaba un cambio y no uno cualquiera si no el tan añorado y deseado ...
Los festejos rompían el silencio de la noche las gentes estaban en las calles bailando y entonado al aire himnos de victoria que sonaban a música celestial, una gran felicidad inundaba la oscuridad nocturna.
Un hombre se alzo entre la multitud y arrastro su maltrecho cuerpo hasta el centro de la plaza. Se posó delante de las ruinas de un tanque, soltó este las muletas que lo sostenían en pie, puesto que le faltaba media pierna izquierda, alzó sus brazos y se dispuso a trepar. La gente al verlo trepar con tantas dificultades empezaron a guardar silencio, todos habían quedado perplejos al ver aquella escena. Como aquel hombre tremendamente herido por la guerra en lugar de huir o temer a aquella calcinada y enorme arma que posiblemente había causado sus heridas fue hacia ella y con mucho esfuerzo y siendo abiertas varias de sus muchas heridas llegó a la parte superior y se sentó en ella y se detuvo en silencio unos segundos recuperando el aliento. Una vez se dio cuenta que todos lo miraban en silencio alzó la cabeza mostrando una gran y sincera sonrisa y susurro al viento "en el pasado yo mismo con mis propias manos construí este tanque el mismo que me segó hace días mi pierna y apunto estuvo de quitarme la vida y ahora poso mi viejo u mugriento culo sobre él. Recordar somos presos de nuestro pasado pero libres de deshacer lo malo para construir un futuro mejor, aprendamos y no olvidemos " .
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