Tú desprecio mi condena, muere puta

Llegan tiempos de frío y ya no tengo tus abrazos, esos que nunca me distes por que nunca quisiste. Al igual que la mierda mi patata huele mal, nadie la regó y terminó podrida con moscas revoloteando sobre ella.  Mientras su sangre se vuelve negra como el alma que habita en un cuerpo marchito al cual unos abrazos fueron negados, un gesto lo hubiera cambiado.

Las horas se convirtieron en días y el timón seguía sin timonel. El que un día fue capitán esta tirado en popa mal diciendo aquellos abrazos negados, mientras el barco sigue sin rumbo alguno vagando por los mares de un lugar llamado mundo. Muchos son los barcos y barcazas que se cruzan en su camino, observan pero ninguna se detiene pues su alma esta corrompida por una oscura sangre que brota de lo más adentro de su ser.

Soledad y oscuridad serán sus últimas compañeras en el resto de sus días. En los más alto del mástil ahorcadas están esperanza, venganza e ilusión. Ya nada queda mas esperar el final.

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