No, es un no contundente y firme. No quiero. Te lo digo desde los más hondo de mi corazón, no quiero. Es sincero y sin marcha atrás. No quiero tu compasión.
No y mil veces no. Me repetiré tantas veces como sea necesario, no quiero, no quiero, no quiero, no quiero, no quiero, no quiero, no quiero. No quiero que me hables por pena, no quiero.
En mi cabeza y porque negarlo y en mi corazón has sido centro de atención mucho tiempo y no lo niego pero todo tiene un principio y un final, ya no puedo sufrir más, lo siento. Debo sacarte tanto de mi cabeza como del corazón y si es necesario hacerme invisible lo haré. No quiero sufrir más y mucho menos que te dirijas a mí por pena.
Comentarios