Ni puta ni virgen. Yo si creo, lo mismo tú no.

Afirmo con voz firme y sincera que soy creyente pero no religioso. Es sencillo pero una gran mayoría no lo entiende. Me llaman falso, necio, estúpido, ignorante, ateo … me dicen una y otra vez con insistencia que eso no puede ser. Blanco o negro no hay más posibilidades dicen. Me limito a sonreír y a aquellas personas que se dejan las abrazo con todo mi amor.

A esa persona que quiere escuchar le explico que para creer en Dios y su hijo Jesús no es necesario llevar sotana y mucho menos arrodillarse ante ella. Le digo que no creo que sea bueno y mucho menos necesario encerrar a Dios entre cuatro paredes. Hay que recordar que es Dios de todos, no entiende de etiquetas. Todos somos sus hijos, los buenos y también los malos.

El llevar una sotana o un alzacuellos no te hace mejor creyente y mucho menos te da sabiduría. La palabra que leemos en las sagradas escrituras es la única verdad y ésta sí que rebosa de sabiduría. Está al alcance de todo aquel que quiera tomar un poco de su tiempo para abrir su corazón a Dios, su lectura puede ser en cualquier lugar y cualquier momento, en grupo o en solitario. Sois tú y Dios en una dulce conversación.

El ejemplo es Jesús, el único Maestro. Dios es el Padre.

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