Piensa en un gran lago donde no alcanzas a ver la orilla por ningún lado, el agua está en una total y absoluta calma. Una leve y refrescante brisa acaricia la superficie pero sin llegar ondular el agua, todo es calma y equilibrio.
Bajo la superficie reina el silencio, es un lugar lleno y vacío al mismo tiempo. Donde nada importa pues nadie alcanza a ver. Un lugar carente de valor para todo lo ajeno al lago pero el mayor tesoro para el, es su corazón. Inexistente para el mundo y la razón de ser del lago.
Imagina esa calma de la superficie del lago y ahora una piedra cae desde el cielo, esa calma es destruida por el golpe de la piedra contra el agua creando pequeñas ondas en su inicio y las cuales van creciendo mas y mas hasta que terminan por desaparecer. El lago vuelve a estar en calma y en armonía en su superficie.
Esa piedra que en un momento golpea el exterior no desaparece es mas cae lentamente a su interior, ese lugar mágico que solo el puede ver. Se desliza poco a poco mientras el lago disfruta y aprende de ella. Cada movimiento, cada recoveco de todo su ser, el como y el porque ... el lago todo lo quiere saber. Finalmente llega a su destino donde permanecerá para el resto de su vida, el lago y la piedra permanecerán unidos para siempre.
Quizás en el exterior, esa primera capa que todos pueden ver y admirar lleguen a olvidar a esa piedra que un día cayo del cielo pero el lago jamas la podrá olvidar pues siempre la llevara en su interior, su corazón.
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