Hola me llamo como mi madre y mi padre les gusto ponerme.
Desde que nací vivo en un país al sur de Europa que en este momento de la
historia llaman España. En el momento que estoy escribiendo estas líneas tengo cincuenta
y cinco años, estoy en paro y cada vez me queda menos pelo y menos dinero en el
banco. Siempre y cuando digo siempre es desde el día que nací hasta ahora he
sido un fracaso con piernas, en cualquier aspecto de la vida que puedas
imaginar. Si hablamos de mujeres es hablar de rechazo, nada ni una sola mujer
ha querido ser mi novia. Vamos que no hecho un polvo ni pagando, hasta las
putas cuando me ven se van de vacaciones. En el deporte tampoco he destacado
nunca en ninguno, y no será que no lo he intentado, pero nada un fracaso más
para la colección. Y ya entrando en edad más madura con la llegada al mundo
laboral pues otra repetición más de mi vida, fracaso tras fracaso. Todos
trabajos de mierda, mal pagados y como no nada valorado tanto por amigos como
por compañeros. Vamos otro fracaso más para mi ya casi incontable colección.
Pero un día mientras vomitaba en el baño de mi casa me vino
a la mente una frase de un alemán, un tal Albert Einstein que decía algo así
como que loco es aquella persona que haciendo lo mismo una y otra vez espera
obtener resultados distintos. Y joder ese día cambio mi vida. No es que tuviera
una idea brillante y revolucionaria que me haría un hombre admirable y
respetado por todos y cada uno de los ciudadanos de este planeta, fue algo más
humano y sencillo. Me tocó el euromillón, si debió ser cosa del karma o pura
estadística no tengo ni la más mínima idea, pero lo que si tengo claro es que
mi cuenta paso de 1525 euros a 100.001.525 euros. El destino quiso equilibrar
tantos años de fracasos.
Mi primera decisión incluso antes de ir al banco fue la de
guardar silencio, no contar absolutamente a nadie mi nueva situación. Tampoco
sería difícil tampoco es que mi vida le importara a mucha gente. Cuando llegué
a la sucursal de mi banco de toda la vida las mismas miradas de siempre, esas
que sin decirte nada lo dicen todo. Desprecio, desprecio y más desprecio, pero
esta vez era diferente. Me acerqué a una de las ventanillas y pregunté por el
director del banco. Con asombro me contesto que cual era el motivo, con
tranquilidad y cierta felicidad le contesté “para ver si sería posible hacer un
ingreso”. Perpleja quedó al oír mis palabras, tras unos segundos de silencio me
preguntó que porque no lo hacía por el cajero o si no sabía cómo hacerlo ella
podía enseñarme. En ese momento saqué mi mano del bolsillo y le mostré el
boleto premiado del euromillon. Sin soltarlo le dije “este boleto está premiado
en 100.000.000 de euros, ¿puedo ver a su jefe? Ahora sí cogió el teléfono y
marcó el número de s jefe. No pasaron ni veinte segundos desde que colgó hasta
que apareció con la mayor de sus sonrisas ese mal nacido.
Todo eran buenas palabras, había pasado de ser un gordo, feo
y apestoso muerto de hambre a ser el mejor y más querido de sus clientes.
Fueron tantas las alabanzas y posibilidades de inversión de mi dinero que me
ofrecía y con esa cara que por momentos llegué a pensar que se iba a arrodillar
y empezar a hacer lo que ya sabéis. Pero finalmente no lo hizo, pero sí que me
dio una tarjeta de visita de una tal Alejandra que según el era la mejor
persona organizando celebraciones. Vamos traducido, que era la jefa de
prostíbulo de lujo. Ya con todo más o menos claro me acompañó hasta la puerta,
todo servicial el hombre.
Pero como había dicho mi vida siempre desde mi nacimiento
había sido un cumulo de fracasos y el destino o el karma, llámalo como quieras,
no pensaba dejarme ser un triunfador. Estando ya casi en la puerta sin dar
ningún tipo de aviso el edificio se vino abajo, doce plantas. En cincuenta y
cinco años todo habían sido fracasos y cuando por fin va y me sonríe la suerte
se me cae un puto edificio encima. Mi gozo no duró ni veinte cuatro horas. Feo,
tonto, gordo y desgraciado. Y ahora aquí estoy haciendo cola en las puertas del
cielo, esperando mi turno para hablar con San Pedro para ver donde me manda.
Aunque con mi historial lo tengo bastante claro.
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